Descendiendo del Posets, queda a nuestra derecha un pico, que a simple vista, da bastante respeto, si se desea subir.
Estaba previsto subirlo, pero una vez en su base, parece que el silencio se adueñaba de todos nosotros. Alguien dijo: ¡yo, subo!, y...después de subir el Posets, no vas a decir que no. Así que, con más o menos cagüe, todos subimos sin rechistar.
La dificultad no estaba en la distancia, ni en el desnivel, sino en la inclinación de la pendiente, una trepada en toda regla, y los patios que quedan a ambos lados de varias decenas de metros.
¡Muy espectacular! y sin duda fué la actividad que remató el día con sobresaliente.
Ahí queda ese recuerdo...
Cima del Diente de Llardana. 3085 m. from Capitan Wo on Vimeo.
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